Bienvenidos

¡Hola a todos!


Me llamo Cristina y soy mamá de dos churumbeles de 4 años y 6 meses. Antes de ser mamá me encantaba viajar y lo hacía con cierta frecuencia. Viajes a otros países, culturales, de aventura, de relax, rurales, de fin de semana, escapadas a capitales europeas, enológicos, de compras... vamos, de todo un poco. Cuando mi hijo mayor llegó me costo hacerme a la idea de tener que prescindir de todo esto, pero al mismo tiempo sentía culpabilidad por llevarme al niño a vivir aventuras potencialmente peligrosas para él y probablemente aburridas. Viajar sin él era una opción pero lo cierto es que le echo de menos y además soy de las que opina que tuve hijos para incluirlos en mi vida y en mis proyectos y no para dejarlos con los abuelos cada vez que quisiera irme de vacaciones (que también, ¡¡¡pero no siempre!!!). Al fin y al cabo llegaría un día, justo cuando los niños fueran lo suficientemente mayores como para disfrutar de nuestra forma de viajar, que serían ellos los que no querrían venir; entonces echaría de menos no haberlo hecho antes. En resumen, desde el primer día creí importante buscar una forma de viajar un poco distinta, para que así pudiéramos hacerlo juntos en familia y que disfrutásemos todos. Para mi merecía la pena el esfuerzo.


¡Y lo hicimos! Durante su primer año de vida el pequeñín visitó Barcelona, Madrid, la Ciudad de Las Artes y las Ciencias en Valencia, Salamanca, Lérida, Zaragoza, Bilbao, varios pueblinos de montaña en Asturias, etc, en plan escapada de fin de semana o puente. Nos acompañó en nuestra semana anual de esquí. Y también visitó Londres y 5 capitales europeas enclavadas en el mar Báltico durante su primer crucero. Ahora tiene 4 años, le encanta viajar. Ha recorrido media España, ha estado en Nueva York, ha surcado los mares de crucero por el Mediterráneo, ha recorrido en trineo alguna que otra estación invernal de los Alpes y se ha vuelto loco en EuroDisney. Le apasiona viajar en tren, alucina cada vez que ve una foto de la Torre Eiffel (siempre quiere volver a París, le encantó), mira a los aviones en el cielo preguntándome a dónde van, quiere ver las fotos de los barcos en los que hemos navegado una y otra vez, llora cada vez que dejamos un hotel para volver a casa... vamos, que estamos criando un pequeño "Willy Fog" en toda regla. ¡Y nosotros felices!


A día de hoy creo que hemos encontrado un equilibrio entre sus gustos y necesidades y los nuestros; y lo cierto es que llevamos más de cuatro años disfrutando juntos de viajes y escapadas. En cada viaje aprendo algo nuevo para que el siguiente sea aun mejor. Mis experiencias han ayudado a muchos amigos y amigas a romper la barrera psicológica que un buen número de padres sienten a la hora de viajar con sus hijos; las experiencias de los demás me han ayudado a mi a descubrir nuevos destinos y formas de hacer. 


Y de eso va este blog, de comparir experiencias, trucos, consejos, opiniones, etc, al respecto. En ocasiones algunas cosas os pareceran obvias pero yo os animo a compartirlas porque, creedeme, la idea más sencilla es a veces al última en la que reparamos.


Un abrazo,

Guillermina WillyFog

Adrián cruzando a gatas el puente de Brooklyn, Nueva York. Pobre... ¡no sabía andar!
Octubre 2007